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¿Qué cordaje poner a mi raqueta de tenis?

En los últimos años la oferta cuerdas de tenis han experimentado un gran crecimiento, ahora disponemos de más variedad donde elegir, lo que en muchas ocasiones crea dudas, especialmente en un jugador principiante, sobre qué cordajes serían los más adecuados para ellos.


Básicamente hay que tener en cuenta conceptos básicos como el tipo de cordaje en función del material con el que está fabricado, qué tensión del cordaje es la más apropiada y con qué frecuencia hay que cambiarlo.


Es muy importante informarse bien previamente a la hora de elegir el cordaje de tenis, sobre todo si tenemos en cuenta que lo que realmente está en contacto con la bola es el cordaje, podríamos decir que es el “motor” de nuestra raqueta y como tal lo podemos elegir por generar más potencia, por durabilidad, por confort o porque es el que mejor se adapta a las características de nuestra raqueta.
Comencemos por saber los distintos tipos de cordajes de tenis según el material utilizado por el fabricante.

Tripa natural, multifilamento, monofilamento, ensamblado o híbrido: ¿Cuál debo elegir?

Básicamente nos encontramos con dos tipos de cordaje para tenis: natural y sintético, siendo éste último el que presenta distintas variaciones.
Como es lógico cada material nos ofrece pros y contras, si no fuese así, únicamente utilizaríamos el que solo nos proporcione ventajas y no tendría mucho sentido utilizar otros cordajes.
Vamos a analizar detalladamente cada uno de los tipos de cordaje teniendo en cuenta su composición.

Cordajes de tripa natural


Es el cordaje por excelencia, no hay otro que ofrezca mejores sensaciones, confort y potencia.


Fabricado con intestinos de vaca, con la tecnología actual aún no se ha conseguido fabricar algo similar de forma sintética.
Los cordajes de tripa natural dan mucha más potencia que cualquier otro cordaje sintético, además se caracterizan por absorber si no todas las vibraciones, sí gran parte de ellas, siendo especialmente recomendables para jugadores que sufran problemas de codo de tenis o articulaciones sensibles.


También dan una gran velocidad de bola con menor esfuerzo gracias a su elasticidad, además, la tripa natural sigue conservando la tensión y todas sus características de juego durante más tiempo.
En cuanto a la parte negativa, la más importante es su elevado precio, razón por la que es un cordaje que cada vez se usa menos. También hay que considerar que es más exigente en cuanto a las condiciones de conservación, evitando en la medida de lo posible que le afecte el sol directo y la humedad.

Cordajes Sintéticos

1. Multifilamento

También denominados “tripa sintética”, están compuestos por cientos de micro fibras individuales protegidas por una o dos capas exteriores imitando la estructura de la tripa natural. En los últimos años se ha erigido como un firme candidato a sustituirla especialmente por su precio, ya que una bobina de 200 metros cuesta aproximadamente lo mismo que un set individual de tripa natural.


Aunque no llega a tener las mismas prestaciones de la tripa natural, sí que se acerca bastante.
Cabe destacar que es un cordaje muy confortable con una gran velocidad de salida de la pelota gracias a su potencia. Gracias a su construcción a base de micro fibras ultra elásticas, absorbe muy bien el impacto de la bola y por tanto las vibraciones, es muy recomendable para jugadores que tienen molestias en el codo o el hombro causadas por el mal uso de cordajes de poliéster.


Uno de los mejores consejos que podemos dar sobre este cordaje, es el de añadirle 1 kilo más de tensión a la acostumbrada, seguirá siendo muy confortable y conseguiremos más control.
Como desventaja habría que señalar que por supuesto no tiene la duración de un cordaje de poliéster, pero si no eres un gran rompedor, esta podría ser una gran alternativa.
Tenistas profesionales como Jim Courier consiguió ganar 4 Grand Slams utilizando este tipo de cordaje.

2. Monofilamento

Su estructura es muy simple estando compuesta por una única fibra en ocasiones recubierta por una capa protectora.
Aunque es posible encontrar monofilamentos hechos con nailon, lo más habitual es utilizar poliéster que gracias a su rigidez consigue una gran duración. Si a este poliéster se le añaden determinados aditivos químicos para alterar su comportamiento (por ejemplo hacerlo algo más flexible), obtendremos el cada vez más utilizado co-poliester.


De entre todos los cordajes, éste es el único capaz de imprimir efectos a la pelota de tenis gracias a que se puede fabricar dándole forma hexagonal, heptagonal, etc.
Sus dos grandes virtudes son una extraordinaria duración y un gran control gracias precisamente a su rigidez, esto te dará una gran confianza en tu juego, especialmente si practicas un tenis agresivo con golpes profundos.


Por otro lado, suelen tener poco deslizamiento, manteniendo su alineación.
Como desventaja del cordaje de poliéster podemos señalar su escasa salida de bola, tendrás que ser tú el que la genere aplicando más fuerza en el golpe, esto hace que no sea el tipo de cordaje más indicado para jugadores que se están iniciando. Afortunadamente cada vez hay más cordajes (lógicamente los de más calidad) que en parte solucionan este problema gracias a que incorporan nuevos aditivos que le proporcionan más “dulzura” al poliéster.


Si lo que buscas es una gran duración, control y efectos, esta sería tu mejor elección.

3. Ensamblado

La estructura de estos cordajes consiste en un cuerpo central sólido o compuesto por un haz de fibras, a su alrededor se disponen otras fibras de distinto grosor y composición.
El núcleo central suele esta hecho de nailon mientras que el recubrimiento exterior puede ser de distintos materiales más exóticos como por ejemplo kevlar, titanio, etc.
La composición de estas fibras exteriores es la que marcará las características de juego del cordaje, para darle más resistencia se suele utilizar tanto titanio como kevlar.


Generalmente se piensa que todos los cordajes de kevlar son excesivamente rígidos, que transmiten muchas vibraciones y que no aportan una gran salida de bola. Esto no siempre es así, ya que depende mucho de cómo esté estructurado el cordaje.


En la ilustración central podemos apreciar la estructura de nuestro cordaje Kingame Kevlar Pro Gold, en este caso, solo se incorpora una banda helicoidal exterior de kevlar para conseguir una mayor duración del cordaje, evitando así que sea excesivamente rígido y proporcionando unas buenas sensaciones de juego, mejores incluso que muchos poliéster. Además, siempre podremos bajar un poco la tensión para potenciarlo.


Esta gama de cordajes la podríamos situar atendiendo al confort entre los multifilamentos y los poliéster, de hecho en el caso del kevlar son una gran alternativa a estos últimos, ya que presentan una gran duración pero más “dulces” para golpear la bola.

4. Híbridos

El objetivo de utilizar esta técnica es poder hacer nuestras propias combinaciones diferentes de cordajes de tenis para obtener el resultado que mejor se adapte a nuestra forma de juego. Las combinaciones no es que sean infinitas, pero hay variedad más que suficiente para satisfacer a cualquier tipo de jugador.


Como norma general se utiliza el cordaje más rígido y resistente en las cuerdas verticales (habitualmente nuestro poliéster preferido), esto es así debido a que las cuerdas verticales o longitudinales están sometidas a un mayor esfuerzo y desgaste, mientras que en las cuerdas horizontales o transversales se coloca el cordaje más elástico ya que es el que menos sufre (cordajes del tipo tripa natural, multifilamentos o ensamblados de nylon o kevlar).


Esto realmente es solo una referencia, ya que nos encontramos honrosísimas excepciones como por ejemplo Roger Federer que hace justamente lo contrario, el cordaje más resistente en las cuerdas horizontales y el más elástico y menos resistente en las cuerdas verticales.


Aunque esto puede parecer abrumador por la cantidad de combinaciones diferentes, realmente no lo es tanto y gracias a esta técnica podemos afinar muchísimo más a la hora de encordar nuestra raqueta y no tener que conformarnos con las prestaciones de un único cordaje, ya que siempre nos puede faltar un poco más de control, de potencia, confort o duración en el que usamos habitualmente.


La magia de los cordajes híbridos reside precisamente en que casi podemos elegir a la carta el resultado final de nuestro encordado. Si nuestro poliéster habitual nos gusta pero encontramos que le falta velocidad de salida de bola, podemos encordarlo junto a un multifilamento, en este caso sacrificaremos un poco de duración pero a cambio ganaremos mucho en confort y potencia y así casi hasta el infinito, ya que además de jugar con distintos cordajes también lo podemos hacer con la tensión de cada uno de ellos, aunque de esto hablaremos más adelante.


Ejemplo de dos combinaciones:

Más extrema: Kingame Master Team (poliéster) + Kingame Maxi-Gut (tripa sintética).
Más conservadora: Kingame Tornado (co-poliéster) + Kingame Power Pro (ensamblado)

Realmente es muy interesante ya que se adapta a cualquier tipo de jugadores y cada vez se ve más tanto en circuitos profesionales como amateur.
Otra ventaja de los cordajes híbridos es que se pueden utilizar diferentes tensiones en cada cordaje sin que se nos quede reducido a una tensión media, ya que en este caso es obligado utilizar 4 nudos a la hora de encordar.

El Calibre y la Duración del cordaje de tenis

Los cordajes de tenis se pueden fabricar en diámetros que van desde 1,0 mm. a 1,5 mm., pero lo más habitual es encontrarlos en 1,25 y 1,30 mm., aunque cada vez es más frecuente ver cordajes en 1,20 mm. Entre estas 3 medidas, disponemos de un rango de diámetros más que suficiente para conseguir el confort o la durabilidad que andamos buscando.


Como medida internacional nos encontramos el calibre (gauge) que puede ir de 15 a 19 incluyendo algunas medidas intermedias en las que van acompañadas de una “L” para indicar que tiene un diámetro ligeramente inferior que la medida que no la lleva. Por ejemplo 16L es algo más delgado de 16, pero más grueso que 17.
Esta sería la tabla de equivalencias entre calibre y diámetro:

CalibreDiámetro
151.41-1.49 mm
15L1.34-1.40 mm
161.26-1.33 mm
16L1.22-1.26 mm
171.20-1.24 mm
17L1.16-1.20 mm
181.10 –1.16 mm
191.00 –1.10 mm

La cuerda más delgada tiene varios efectos sobre nuestro juego, aportará más sensaciones y potencia creando efectos con más facilidad gracias a la elasticidad extra que supone utilizar un diámetro menor. Por supuesto, también ganaremos en confort (para los que ya sienten algunas molestias en el codo o el hombro, deberían optar por esta opción).
A cambio nuestro cordaje romperá un poco antes y también perderemos algo de control.


El cordaje más grueso sin embargo supone más duración y control pero menos potencia, también nos costará algo más imprimir efectos y renunciaremos a ese plus de comodidad que nos ofrecen los cordajes más delgados.


Como resumen, podemos ver la siguiente tabla:

DiámetroDuraciónControlEfectosConfort Potencia
1,20 – 125 mm.MenorMenorMayorMayorMayor
1,30 mm.MayorMayorMenorMenorMenor

Cómo elegir la correcta tensión de la cuerda de la raqueta de tenis

El modificar la tensión de nuestro cordaje conlleva de forma inmediata alterar aspectos tan importantes para nuestro juego como pueden ser el control de nuestros golpes, aumentar o disminuir las vibraciones y por tanto su efecto sobre nuestro hombro o codo, cambiar el tiempo de vida útil de nuestro cordaje llegando a alargarlo y viceversa, etc.


Lo más importante es conocer estos efectos para poder tomar una decisión con criterio a la hora de cambiar los kilos de tensión a los que estamos acostumbrados.


Veamos de una forma sencilla dichos efectos según bajemos o subamos ligeramente la tensión de nuestro cordaje.

¿Qué ocurre si optamos por disminuir la tensión de nuestro cordaje de tenis?

El efecto inmediato de tener una tensión baja en tu raqueta es que tus golpes ganarán en potencia y conseguirás con menos esfuerzo hacer que tus bolas sean más profundas y te resulte más sencillo que su bote se acerque a la línea de fondo de la pista gracias que harás tu cordaje un poco más elástico, generando más energía.


Como ya habrás adivinado tendrás que sacrificar algo de control en tus golpes siendo más probable que envíes la pelota fuera de los límites de la pista, pero como todo, esto también tiene solución mejorando nuestra técnica.


Otra ventaja de utilizar tensiones bajas es que aumentaremos ligeramente el “punto dulce” de nuestra raqueta lo que nos aportará mayor confort y a la vez nuestra raqueta será un poco más indulgente con los golpes no tan centrados.


También cabe destacar que reduciremos las vibraciones producidas al impactar la pelota, esto se traduce en menos molestias de brazo, codo u hombro. Incluso a nivel muscular nos ayudará a desgastarnos menos y estar más frescos durante más tiempo de juego.


Hay quién modifica la tensión del cordaje en función del adversario contra el que tenga que jugar, ya que si aplicas mucha tensión a tu cordaje te será más difícil contrarrestar a un jugador agresivo y con un golpe potente.


Como últimos aspectos positivos, el no tener una tensión alta nos ayudará a generar efectos con mayor facilidad y por supuesto también hay que contar con el no menos importante tema económico, un rango de tensión alto en nuestras raquetas de tenis influye directamente en la duración de nuestro cordaje ya que la fricción entre las cuerdas aumenta, generando más calor y como todos sabemos, éste es el enemigo número uno de todos los derivados de los plásticos. Si lo que deseamos es aumentar el tiempo entre encordados, bajar algo la tensión podría ser una de nuestras opciones, aunque debemos tener en cuenta la máxima de que cuanta más tensión más control (pero menos potencia) y cuanta menos tensión más potencia (pero menos control).

¿Qué ocurre si optamos por aumentar la tensión de nuestro cordaje de tenis?

En primer lugar, debemos tener en consideración que el efecto de la tensión del cordaje depende de una gran cantidad de variables que también deberíamos tener en cuenta, por citar las más importantes, influye el modelo de raqueta de tenis que usemos, si nos fortalecemos físicamente con frecuencia, qué clase de superficie es la que más frecuentamos, ya que no es lo mismo jugar en tierra batida que en una pista rápida, el tipo de juego de nuestros adversarios, nuestro propio estilo de juego si es más o menos agresivo, si liftamos la mayoría de las bolas, etc.

Como norma general, al contrario que ocurre cuando bajamos la tensión de nuestro cordaje, el efecto más inmediato será una disminución de la potencia de nuestros golpes, las bolas se quedarán más cortas y nos costará más contrarrestar a un rival agresivo sin embargo lo que perdemos en este apartado, lo ganamos en control siendo más precisos en nuestros golpes.

Esto no necesariamente es un punto negativo, ya que si somos capaces de compensarlo aumentando nuestra fuerza física, disfrutaremos por igual de potencia y control, lo que no está nada mal.

También hay que tener en cuenta que jugamos con una tensión alta en nuestra cuerda de tenis, el impacto de la bola repercutirá con más fuerza en nuestro brazo favoreciendo en cierta medida la aparición de la típica lesión de codo de tenista o incluso de hombro, aunque con cierto nivel de técnica y centrando los golpes, estas molestias no deberían aparecer.

Concluyendo, ya sabemos que es muy difícil establecer un rango de tensión recomendado precisamente por la cantidad de variables que influyen para tomar esta decisión, pero es importante conocer estos principios básicos y saber aplicarlos. Con un poco de sentido común y práctica no debería costarnos encontrar la tensión perfecta para nuestro cordaje. Si necesitas saber más sobre este tema, o asesoramiento sobre la compra de cordajes de tenis, siempre puedes contar con nuestra ayuda en Kingame.es

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